- enero 26, 2021
- Posted by: soporte
- Categoría: National
0 Sorprendido 0 Contento 5 Redacción Negocios (I) En un cuarto frío, a dos grados de temperatura, son almacenadas cientos de rosas que están listas para la exportación. En los próximos días se venderán en Estados Unidos, Europa y Rusia con motivo de San Valentín. En la hacienda Santa Fe, ubicada en Pifo (nororiente de Quito), empezaron a prepararse para esta temporada desde agosto del año pasado. Los pedidos de los clientes internacionales llegaron a partir de diciembre y todavía se reciben. La tercera semana de enero comenzó el corte de la rosa de variedad freedom, que se caracteriza por tener un botón grande, robusto, con un color rojo brillante e intenso. Los trabajadores inician la jornada a las 07:00, recogen las rosas de los cultivos para luego llevarlas a una fase de hidratación, donde se limpian a las flores de posibles bichos o bacterias y se evita su contaminación. Luego, otros empleados se encargan de clasificar y empacar el producto según del largo del tallo y el pedido del cliente. A continuación, pasan al cuarto frío, de donde son recogidas para trasladarlas en camiones al aeropuerto Mariscal Sucre. Los envíos al extranjero salen de la terminal aérea con más frecuencia durante horas de la tarde y noche. San Valentín es la fecha más importante para el sector floricultor, ya que alrededor del 30% de las ventas de todo el año se concentra en esa temporada; se vende más que en el Día de la Madre, según la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores (Expoflores). Alejandro Martínez, presidente del gremio, cuenta que este año las exportaciones comenzaron el 18 de enero. Están previstos unos 238 vuelos. Para esta temporada, la producción se retrasó a causa del constante clima frío y lluvioso que se ha sentido en las zonas florícolas de Pichincha desde diciembre. Esto también demoró los envíos marítimos. Los productores se enfrentan a un reto de concentración de las exportaciones para el final de la temporada, que se presentará entre el 29 de enero y el 4 de febrero.
La expectativa del sector para la presente temporada es exportar alrededor de 17 800 toneladas, un 9% menor al volumen enviado en el 2020. Estados Unidos y Rusia son los principales destinos. Lo anterior es consecuencia de la recesión mundial provocada por la pandemia, que afectó al mercado tradicional de la flor ecuatoriana (floristerías, eventos, etc.) con una caída del 40% en el 2020. De este segmento depende la mayoría de productores. Sorprendidos por la crisis del coronavirus, la industria florícola cerró el año pasado con un decrecimiento del 8% y aproximadamente un 17% menos de hectáreas producidas. En Santa Fe los esfuerzos se concentraron en mejorar el proceso de cultivo de la variedad freedom y se dejó de producir otro tipo de flores. Además, se reforzaron las estrategias comerciales en el exterior, lo cual ha permitido ubicar una buena parte de la producción, describió Gustavo Alzate, asesor de la hacienda florícola. Si bien la rosa es el producto estrella de la temporada, San Valentín también empuja la demanda de la gypsophilia, una flor de verano de color blanco, que es considerada el complemento ideal de la rosa. La finca Flodecol se especializa en esta especie y cuenta con seis variedades de gypsophilia. La próxima semana arrancan las exportaciones a Estados Unidos y luego a Europa, cuenta Juan José Albuja, presidente de la empresa. Albuja señala que la pandemia ocasionó una caída aproximada del 30% para este segmento. Aunque el consumo ha mejorado en los últimos meses, todavía hay incertidumbre. La lenta recuperación del mercado ha permitido recontratar personal que fue desvinculado por la crisis.