- septiembre 3, 2021
- Posted by: soporte
- Categoría: National
Colombia era el principal mercado internacional. En 2020 compró 40,64 toneladas y en lo que va de 2021 no ha adquirido la fruta. Hay una similar caída nacional.
El coco es una de las frutas más versátiles y con la que se puede hacer una variedad de productos, desde una bebida refrescante como el jugo de coco hasta su aceite, usado en la línea vegana y en cosmética.
De esta fruta se saca provecho todo, su agua, pulpa, aceite y hasta su cáscara, dicen los dueños de empresas dedicadas a la cosecha y el procesamiento.
Hoy se conmemora el Día Internacional del Coco y esta fruta se ha visto golpeada por la pandemia con una caída en sus exportaciones y en la demanda nacional.
En 2020, Ecuador cosechó 5.776 hectáreas y produjo 26.158 toneladas, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Esmeraldas es la provincia que más cultivos de coco posee. Ese año se registraron 5.559 hectáreas, de las cuales 3.751 fueron cosechadas con una producción de 10.140 toneladas.
Manabí es la segunda provincia con más hectáreas: 2.647 y 1.996 cosechadas. Seguida de Orellana con una producción de 80 toneladas.
El fuerte impacto se ve en las exportaciones. El país pasó de vender 40,77 toneladas en 2020 a 2,46 toneladas de enero a junio del 2021. Es decir, de percibir más de $ 27.000, ahora apenas se llega a $ 1.350.
Colombia era nuestro principal mercado internacional en 2020, según datos del Banco Central del Ecuador. Fueron 40,64 toneladas exportadas al país vecino por un monto superior a los $ 25.000.
Hubo mínimos porcentajes exportados a Estados Unidos, Panamá, Japón, Países Bajos y Catar.
Pero, de enero a junio del 2021, Ecuador solo ha exportado a dos países: España y Panamá. Al primero se han enviado 2,41 toneladas y al segundo 0,06. En ese periodo hay un poco más de $ 1.300 por esas exportaciones.
Si esta caída la relacionamos con las cifras del 2019, es más abrupta. Ese año, sin pandemia, hubo $ 35.560 por exportaciones, de acuerdo con la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
El descenso también se sintió en el mercado nacional, aunque no tan profundo como el internacional. Por ejemplo, la empresa ecuatoriana Dosiler S. A., que maneja la franquicia brasileña Coco Express en el país, se vio afectada por la pandemia.
Carlos Quintana, gerente de Dosiler S. A., cuenta que en 2020 registró la mitad de ingresos percibidos en 2019, que fue de $ 3 millones.
“Es difícil conservar la empresa con un 50 %, hubo ajustes, procesos más óptimos, reducción de personal”, recuerda, y afirma que el canal principal de ingresos, esto es, los centros comerciales, de a poco se está recuperando. Aspiran a concluir el año con un 15 % más que el 2020.
Coco Express abastece a 50 islas de centros comerciales y otros puntos de venta. También ofertan coco rallado al por mayor a negocios interesados.
Su portafolio se basa en agua y jugo de coco, helados y conos. Han agregado la línea de dulces con alfajores, cocadas, bizcochos, que son adquiridos a emprendedores.
La compañía compra la materia prima a productores de Manabí y cada semana llega un promedio de 5.000 cocos secos y otra cifra similar de cocos verdes a su fábrica, ubicada en Guayaquil.
Actualmente, su producto más vendido es el helado, aunque los demás también tienen su nicho. Quintana prevé una recuperación total en el 2024 y piensa en construir una nueva planta para el tratamiento de la cáscara de coco.
En tanto, Coco Days S. A. y Ecopacific también han registrado decrecimiento, y a pesar de esto idean nuevos proyectos.
Coco Days se dedica a la venta de coco rallado, néctar, agua, pulpa, snack y aceite virgen orgánico a quince empresas locales enfocadas en la elaboración, procesamiento y empacado de bebidas, helados y servicio de alimentación.
Sus plantaciones se encuentran en el sector de Tolita Pamba de Oro, en Esmeraldas, y la fruta es transportada a su fábrica ubicada en Quito.
Poseen 24 hectáreas de coco y a la semana procesan entre 7.000 y 8.000 kilos de coco.
Pedro Díaz, dueño de la empresa, afirma que tuvo menos ingresos porque sus clientes disminuyeron su consumo. Por ejemplo, si antes adquirían 1.000 kilos, ahora son 600 o 700.
Señala que la facturación del 2021 será menor a la registrada en 2020, que fue de $ 425.000.
Quintana se muestra positivo y aspira a incluir un nuevo producto a su catálogo: la crema de coco, que tendría una vida útil de 40 días en refrigeración.
Ecopacific es otra de las compañías ecuatorianas dedicadas a la venta de coco y lo hacen con su marca Coco freeze.
Ofertan agua y leche de coco y en pipa, es decir, entero para beber su agua directamente de la fruta.
Jorge Vasco, gerente comercial de Ecopacific, menciona que no están excluidos del decrecimiento. El año pasado fueron golpeados por la pandemia y proyectan un crecimiento de 15 % a 20 % al finalizar el 2021.
“Los productos a base de coco son un mercado creciente que no termina, empezamos con agua de coco, luego diversificamos y tenemos aceite de coco”, cuenta.
La empresa también tiene una línea de productos veganos y estos en su composición poseen aceite de coco.
Vasco sostiene que aprovechan todo el coco. La cáscara la reutilizan como abono y la fibra la convierten en maceteros.
El producto se encuentra en autoservicios, restaurantes y supermercados. Aspiran a continuar con la expansión de sus productos a nivel nacional.