Felipe Espinosa: Si no empezamos a competir con todo el mundo, quedaremos relegados

Felipe Espinosa, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana, explica las expectativas que puede tener el Ecuador frente a EE. UU.

El director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana, Felipe Espinosa, expone el panorama sobre las relaciones bilaterales de Ecuador con Estados Unidos. El paso más cercano es la aprobación por parte de la Asamblea ecuatoriana del acuerdo de primera fase. El reciente pronunciamiento del Senado de ese país sobre las relaciones bilaterales es el resultado de un trabajo de recuperación de la confianza que se ha hecho durante este Gobierno.

¿Cómo se debe entender esta última resolución del senado de EE. UU. sobre la relación bilateral con Ecuador?

Hay que tomarla con la importancia que tiene. Es una suerte de corolario a todo el trabajo que se ha venido haciendo desde el embajador Francisco Carrión y que se aceleró con la presencia de la embajadora Ivonne Baki, en los últimos tiempos. La relación estaba por los suelos con el anterior Gobierno que incluso expulsó a una embajadora de EE. UU. en el país. Es importante que el Senado destaque que se ha construido una relación entre los dos países y que quieren seguir haciendo cosas con el país.

Hace pocos meses ya hubo un pronunciamiento del Senado en este sentido, ¿tal vez ahora lo importante es que son las autoridades nuevas que van a estar en su cargo por varios años las que se han pronunciado?

El pronunciamiento tiene importancia porque son autoridades nuevas, además fue firmado por unanimidad por el Comité compuesto por los dos partidos políticos. Si seguimos conversando, con miras a que en un momento se pueda hacer un tratado comercial con nuestro principal socio, vamos a tener que hablar con estas autoridades.

¿Cuáles son las expectativas del sector productivo frente a las relaciones con EE. UU., con miras a un Acuerdo de Libre Comercio?

Me atrevería a decir que debería ser una expectativa del país, no solo del sector productivo. Hay que pensar que las exportaciones en el 2020 sostuvieron al país en la pandemia. Las exportaciones petroleras no crecieron pero sí las no petroleras. Nos fue mejor que a Colombia y a Perú en ciertos productos. Esta buena actividad debería mantenerse a largo plazo y poder hacerlo en igualdad de condiciones. Colombia y Perú tienen desde hace años el acuerdo comercial, y tienen más ventajas arancelarias. Por ejemplo, el brócoli ecuatoriano debe pagar el 14,6% de arancel cuando Perú y Colombia pagan 0 arancel. Imagínese cuánto pueden crecer nuestras exportaciones si solo las no petroleras que han llegado a $ 2.600 millones se duplicaran.

Los recelos vienen por el crecimiento de importaciones desde EE. UU. ¿Qué puede decir sobre esto?

Somos un 0,5% de las exportaciones de EE. UU. Creo que hay un concepto equivocado. Hay temor de que se inunde de productos importados, pero eso no ha pasado ni en Colombia ni en Perú. Pero sí se han vuelto más competitivos. Si no empezamos a competir con todo el mundo, vamos a seguir relegados. Por supuesto hay productos sensibles que hay que cuidarlos, establecer los tiempos de desgravación. Perú logró hasta 17 años para desgravar en ciertos productos.

En todo caso, Ecuador ya tiene un espejo o una ventana con el Acuerdo con la Unión Europea. ¿Cómo ve usted esta experiencia?

Ese ejemplo es esencial. Nos ha ido bien con la UE. No es que nos han inundado con producto europeo. Han crecido los dos. Hemos crecido y hemos tenido la oportunidad de que nuestros productos vayan a un mercado más grande.

La firma de un Acuerdo no será inmediata, ¿qué puede esperar Ecuador entre tanto?

En diciembre firmamos la Fase 1, que incluía temas de anticorrupción; facilitación de comercio exterior, buenas prácticas en comercio exterior y otro sobre pequeñas y medianas empresas. Ese tratado de primera fase debe ser ratificado por la Asamblea. No perdemos la esperanza de que en esta se trate. Pero creemos que debe haber una respuesta positiva porque qué país del mundo no va a aprobar un acuerdo sobre estos temas. Independientemente del gobierno que venga, hay que actuar con voluntad y pragmatismo.

¿Podríamos esperar que se dé alguna otra facilidad a productos como lo sucedido con las rosas?

La baja de arancel para rosas se dio dentro del SGP, que es un programa mundial y unilateral del país que lo ofrece. El que las rosas se incluyeron fue un acuerdo fantástico. Ahora en diciembre se venció el SGP y puede renovarse en los próximos meses, pero no debemos esperar y estar dependiendo de esto, sino procurar algo permanente.